29/04
- Efervescente
- 19 jul 2020
- 1 Min. de lectura
No llorar, pero sentirse roto: los días no se hacen rápidos ni lentos. Vivo en la espera, en ese pequeño intervalo entre el ser y no hacer, en la expectativa de que algo emocionante cambie de mi día y mi humor. La soledad no solo se disfraza de aislamiento, sino que se incorpora dentro de mí. Mis sentimientos son más de los que quisiera tener y aun así no soy capaz de expresarlos, no obstante, sigo viva y quiero creer que de alguna u otra forma nuestras almas sanarán.
-Julia
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